martes, 16 de noviembre de 2010

PRESAGIO DE INVIERNO

Acodada en el balcón, con una toquilla sobre los hombros, rodeada por la humedad y las sombras, me dejé invadir por la soledad, por el silencio que brotaba de las enhiestas farolas y por los escasos ruidos en una noche cerrada, casi madrugada.

Escuché el lento siseo de un coche y una sombra, que no era mía, se alejaba. Bajo un vehículo aparcado enfrente, dos ojos agazapados, brillaban amenazantes.

Miré esta oscuridad que parece el inicio de todos los desamparos, intentando entender los misterios  temidos, algunos inventados y aquellos que, siempre inasibles, golpearan la fría cara. O los que sienten todas las ánimas.

Miré aquella noche para ahondar en su alma.

Quizá solamente hallara un tibio reflejo mío, en aquel banco nuevo, al otro lado de la plaza mojada.

No palpitaba la música, no se escuchaba. Y tampoco encontraba respuesta; no había nada.

El viento peinaba mi cara y el frío calaba bien dentro, con caricias que helaban entrañas.

Tampoco estaba  la mar. Quizá se había retirado para esconderse; es posible que habitara tras los textos arcanos de un secreto olvidado. Ya no batían las olas, no estaban mis islas y los barcos habían aquietado maniobras, soslayando agoradas desgracias.

Unas nubes tranquilas amagaban, enseñoreando un negrísimo cielo, mientras los monstruos de las grúas, como hacen habitualmente, campaban por sus respetos,  con la admonición suspendida en las impresionantes plumas. Esas péndolas que forman alas sin vuelos, que nunca guardarían un nido ni aun de   gaviota, aunque su voz, como ahora, permaneciera callada.

Miré aquella noche, para ahondar en mi alma.  Y allí, en todo aquello, estaba.

Sólo era una noche cualquiera, el presagio del invierno y la discreta vida que pasaba.

Imagen: Sin título y a mi petición, hecha por Juan Carlos Soto Cuevas. Yanka.
http://www.flickr.com/photos/photos_yankaxl/

22 comentarios:

TORO SALVAJE dijo...

El invierno se está instalando en los corazones.
Veremos si marchará.

La foto es buenísima.

Besos.

Pame Recetas dijo...

Qué buen texto para aproximarnos al invierno, una gran y tan necesaria estación, para calmar los ánimos, para sosegar el alma y entibiarla con las cosas que no son posibles en pleno calor. Grandes abrazos

Unknown dijo...

pobre invierno malquerido
siempre rodeado de ausencias y de cielos desgarrados
¿No deseará la tibieza su corazón congelado?
Entra, Ana, entra, que en casa arden los leños con el color del verano.

Bicos, amiga!

Chousa da Alcandra dijo...

Hai quen fai traxes á medida e ti fixeches un texto moi á medida da foto. Quédalle que nin pintado! Aínda que sexa frío!!!

Bicos con xeada

Manel Aljama dijo...

La toquilla... te has dejado la taza de café (de Nescafé ¡sin hacer publiciad!)
No sé que escoger. Lo veo tan bueno, tan poético tan intimista. Quizá y siendo injusto con todo lo demás, destacaría eso de "la oscuridad parece el inicio de todos los desamparos" y la conclusión final: noche cualquiera, el presagio del invierno y la discreta vida que pasaba...
La ilustración también está a la altura. Me encanta.

Manel

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

Hola Fonsilleda.

Que relato más bello.
Me encanta imaginate asomada a la ventana, y el viento acariciando tu cara.

Recibe biquiños, Montserrat

Rosa Cáceres dijo...

Un relato muy bien escrito, precioso, bien secuenciado, pero extremadamente melancólico. Ese presagio de invierno parece ser pórtico de "saudades" profundas.
En eso radica la singular belleza del texto.

Un abrazo.

Unknown dijo...

A mí el texto me parece prosa poética, un cuadro pintado con las palabras más bellas que puedan colorear una noche, que con su tono oscuro conforma el marco de todos los detalles.
Cada estación del año tiene su encanto, o acaso no es fascinante esta frase? "Quizá solamente hallara un tibio reflejo mío, en aquel banco nuevo, al otro lado de la plaza mojada" no hay tristeza en ella, es un guiño a la poesía por parte de la escritora y el relato está lleno de ellos, por eso le dan color y belleza.
Quizá no fuera necesario decir que me gustó mucho, pero por si hubiera alguna duda, lo dejo patente, me encantó verte asomada a ese balcón Ana y presenciar todo ese acontecimiento de una noche que presagia el invierno.

Un acio de bicos para ti.

ARO dijo...

Poético texto. El lector siente en sí mismo los sentimientos de quien escribe, lo metes dentro del universo que dibujas. Magnífico.

Anónimo dijo...

Veo en este texto algo más profundo que un cuadro hecho con prosa poética. Veo en esa panorámica, desde la ventana, lo que ven tus ojos de tu vida pasada y una tristeza otoñal ante la inminente llegada del invierno, que no es otra cosa que esa edad a la que no queremos pero ansiamos llegar.

Chus dijo...

Son cortos los días, y cuando anochece ya llega el invierno, solo el frío se retrasa, a mi me gusta acurrucarme al calor del hogar, me da mucha pereza salir a la calle sobre todo las tardes lluviosa, prefiero sentarme en un rincón a leer un poco, no me deprime el invierno, en el fondo todas las estaciones tienen su particular belleza.
Un texto muy hermoso el tuyo, avanzado lo que se nos aproxima
Un Abrazo

Anhermart dijo...

Veo en este texto algo más profundo que un cuadro hecho con prosa poética. Veo en esa panorámica, desde la ventana, lo que ven tus ojos de tu vida pasada y una tristeza otoñal ante la inminente llegada del invierno, que no es otra cosa que esa edad a la que no queremos pero ansiamos llegar.

matrioska_verde dijo...

Un texto que bien podría ser una poesía. Tiene mucha rima y al leerlo va sonando mi voz cantarina.
Texto nocturno, frío, callado… con mucho calor humano, conseguido con esa toquilla que te envuelve.
Biquiños,

ALBINO dijo...

El invierno es el equivalente a la edad madura. Yo lo se bien porque llevo muchos años invernando, incluso en los dias de julio con sol radiante.
De esta forma concibo el relato que te escribieron.
Con cariño

Manuel dijo...

Es indudable que el otoño y el invierno son realmente pródigos en tu pluma y en tu narración. Los dibujas como nadie. Les das los tiempos musicales justos para que suene una hermosa melodía.

Un placer.

FERNANDO SANCHO dijo...

Tralas imáxenes de este precioso relato, sinto o frío e a humidade da noite preludio dun inverno que se acerca, véxote nesa fiestra ollando o tempo pasar, percorrendo recordos e esperando o futuro mentres o vento peina a túa cara
Felicítote. Grazas.

ana. dijo...

Son esas noches de oscuro desamparo, Anita. si alguna noche de esas se apodera de la ventana de tu habitación, recuerda siempre que del otro lado del mar está mi abrazo para espantar el frío.

muchos besos.

paideleo dijo...

Este inverno está entrando pola porta grande nas nosas lembranzas futuras.
A foto émui boa.

EL SUEÑO DE GENJI dijo...

Amiga mia, me quedo con tu última frase que lo resume todo de manera magistral:
"Sólo era una noche cualquiera, el presagio del invierno y la discreta vida que pasaba".

Cuantas veces uno se da cuenta de que esa misma escena contemplada se repite de manera más o menos idéntica cada año, cada estación, cada invierno...

Nos damos cuenta de que el tiempo es inexorable, imparable, voraz. Y en nuestra perspicacia momentánea decidimos tomar cartas en el asunto. Las pocas veces cambiamos algo, las muchas...tan solo nos rendimos al paso inoxerable del tiempo, nos preparamos para vivir un nuevo invierno...

Biquiños e unha perta amiga miña, que voando chega do Este.

Tatiana Aguilera dijo...

Tu escrito es más que una bella melancólica prosa, lo veo como un cuadro. Cuando pinto tiendo a observar de la misma forma, como tú describes cada detalle. Cada frase poética es una pincelada, un tono, una perfecta mixtura de tonalidades. El invierno y el otoño instalan los grises en el alma.
Un beso.

Mónica dijo...

Me ha encantado leeerte. Tu prosa poética es impresionante.
Poco más que añadir, tan sólo que sentido vivir en primera persona las escenas y momentos que narras.
Las noches, guardan silencios que no contienen los días y nos revelan momentos futuros dignos de hacerlos presentes.
Un saludo y un "bico"

RosaMaría dijo...

Hermosa foto y tus letras como siempre excelentes. Un relato intimista, sombrío e introductorio al frío del invierno.
Besos amiga y muy buenas fiestas en compañía de los tuyos.