Debería estar acostumbrada pues ya son muchos los años que adornan mi cuerpo, mi cerebro, mi vida y en ellos ha habido de todo.
Pero es que el verano ya se ha ido y este año aquí, en este pequeño rincón del Noroeste peninsular, apenas nos hemos enterado. Los pocos días que hemos ido a la playa, a esa playa nuestra tan cercana y tan hermosa, los hemos aprovechado. Pero, francamente, han sabido a poco.
Siempre me he confesado mujer de invierno, o de otoño, sin embargo, sé que echaré de menos este verano que no fue. Y lo sé, porque ya estoy pensando en él; ya estoy notando que el sol se nos ha vuelto remiso y ha decidido no regalarnos su dorada y cálida presencia.
¡Qué le vamos a hacer!. Nos pondremos a pensar en el próximo...
Aunque, por otro lado, es posible que esta estación del año, la de los dorados y ocres y rojos, la de las hojas caídas, la de los vientos y tormentas, es posible que nos regale con una espléndida estación en la que podamos apurar los momentos al aire libre.
Momentos de terrazas y ensoñaciones. Momentos siempre de reflexión para mí. Y, casi siempre también, inspirados momentos.
Ahora que ya el verano se ha ido sin pena ni gloria.
Pero es que el verano ya se ha ido y este año aquí, en este pequeño rincón del Noroeste peninsular, apenas nos hemos enterado. Los pocos días que hemos ido a la playa, a esa playa nuestra tan cercana y tan hermosa, los hemos aprovechado. Pero, francamente, han sabido a poco.
Siempre me he confesado mujer de invierno, o de otoño, sin embargo, sé que echaré de menos este verano que no fue. Y lo sé, porque ya estoy pensando en él; ya estoy notando que el sol se nos ha vuelto remiso y ha decidido no regalarnos su dorada y cálida presencia.
¡Qué le vamos a hacer!. Nos pondremos a pensar en el próximo...
Aunque, por otro lado, es posible que esta estación del año, la de los dorados y ocres y rojos, la de las hojas caídas, la de los vientos y tormentas, es posible que nos regale con una espléndida estación en la que podamos apurar los momentos al aire libre.
Momentos de terrazas y ensoñaciones. Momentos siempre de reflexión para mí. Y, casi siempre también, inspirados momentos.
Ahora que ya el verano se ha ido sin pena ni gloria.
Fotografía: "Pegadas", de Elia Fuentes (Seixo)
6 comentarios:
Pues sí ¡Qué le vamos ha hacer! jooooooooder que frio pasé en Vigo este verano, que tiempo mas gallego me hizo, pero no importa, lo que realmente importa es que estés feliz, chovendo o no, qué mas da, ya te remojaras el trasero el año próximo
¡quedamos en Málaga por si las moscas? jajajajaja
bicos y saca el jersey
Acá pasamos sin otoño ni primaveras de veranos intensos a un invierno breve pero muy crudo como el de estos días. Ya llegará tu verano, corazón, para dejarte disfrutar tus playas. Mientras tanto... nosotros disfrutamos de tu inspiración. Un beso.
Dante.
Me gusta la melancolía que impregna tu texto, es algo parecido a lo que siento yo cuando empieza el otoño, no es que me guste demasiado el verano, pero siempre tengo la sensación de que lo perdí, de que no hice todo lo que me había propuesto. Así año tras año.
Ánimo y besos
Yo también: me considero hombre de estaciones. De otoño quizas. Soy del noreste, aunque con diez años de memoria del noroeste, a donde viajo, y busco: orense, lugo. Así que todo lo que expresas en esa entrada es como un arrebato de coincidencias para mí.
Estoy en http://aitorarber.spaces.live.com
Estaciones contrarias..
Tú recibiendo un otoño pincelado en tonos cálidos
Yo abriendo umbrales a una primavera que estalla en colores, brisas, caminatas, andadas en bicicleta, trabajos de jardín perfumado y más.
Otoño y primavera son mis estaciones favoritas. Muerte y renacimiento.
En fin, me sucede como a ti, cada verano pareciera ser más corto.
Un abrazo grande
Pilar
Nere_ekialdean, he intentado agradecerte en tu espacio la visita y el comentario, pero no he podido. Uno de los lugares está vacío y el otro, el que dejas aquí, debe estar equivocado porque no me entra.
Por favor, si vuelves a pasar...
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