lunes, 16 de julio de 2007

Mis dos idiomas

Habiendo nacido en Galicia, tengo, como casi todo el mundo de por aquí, dos idiomas maternos. Uno, el gallego, apenas hablado pero si oído y sentido, es o sería el del amor, el de la ternura, el de los sentimientos más profundos y lejanos, el que me acerca a mis seres de la infancia, a mi pueblo, a las primeras historias, a los primeros saberes y sensaciones, a las alegrías que no se van, que se mantienen, permanecen y se evocan siempre, a los recuerdos mas grabados, a aquellos juegos infantiles cuyas músicas continuo escuchando, a algunos sinsabores, a las caricias, la despreocupación, la música folclórica, las fiestas. Es decir, a la casa, al hogar, a la familia no de elección, la que viene impuesta por nacimiento, como los amigos primeros que casi siempre lo son por proximidad.
El otro, el castellano, hablado desde siempre, incluso seguro que mal hablado, es o sería el del aprendizaje, el del saber, si supiera algo, el de la cultura, el pensamiento, el desarrollo, el de los amigos adquiridos y elegidos con tiempo, despacio y silenciosamente, cultivándolos y viéndolos crecer y desarrollarse, el del amor, el del matrimonio y los hijos, las preocupaciones, el trabajo, el desarrollo personal, el del amor de nuevo, el de las expectativas, el que me ha dado las alas que tengo y me ha enseñado a amar al otro, el que me ha ampliado horizontes.
No puedo ni quiero prescindir de ninguno, los dos me resultan absolutamente necesarios y en ambos me expreso con palabras del otro. En mi cabeza los siento complementarios, inseparables, iguales en importancia. Todo ello, a pesar de que uno, por circunstancias que me resultan ajenas, haya sido apenas utilizado y ambos son en mi ser, como esa planta que no he encontrado, de momento, en ningún otro lado, en ninguna otra geografía: "o toxo", el tojo, que cuando están verdes, son terriblemente difíciles de arrancar
Con el tiempo y la vida he ido adaptando mi cerebro y oídos a otros sonidos a otras lenguas, incluso adoptando expresiones totalmente nuevas y lejanas a los anteriores, pero mis comunicaciones, mis conversaciones, se lleguen a realizar como fuere, llevarán siempre la carga y el acento del gallego y castellano.

No hay comentarios: