viernes, 9 de julio de 2010

CONTORNO

A veces retomo mi tonta costumbre de volver a mis adentros para no que no se instale el olvido, para encontrar pasados viajes, queridas huellas, para sentir brevemente, las que termino de depositar para su conservación y escondite. Para no mancillar nada y que sigan fructificando.
En ese maravilloso desván, en el que no entra ni un átomo de polvo que envejezca o deteriore, bajo la tenue luz de mi anhelo, que impide que la pátina del tiempo desfigure lo importante, bueno y malo, hallo de todo: trabajo, descanso, hierros, rastrojos, sueños, miles de ternuras y delicadezas sin fin, arrumbados como quebradas inutilidades, junto a algún pecadillo y caricaturas de bondad.
Justo al lado de las puestas de sol desde el balcón, allá, sobre el cercano fin de la mar en el horizonte, de los colores de mi otoño, de la humedad de las olas en mis pies, de la fina arena de una playa desierta, de mis árboles deshojados, de aquella sonrisa, de una mirada. Del tacto de determinadas piedras que llevan centurias en su faz. De una suave brisa traspasando el vidrio de mis gafas aquel día, en aquella cumbre en la que mis lacrimales no se pudieron contener, mirando, tras la lluvia, la explosión de un arco iris, sobre un espléndido paisaje bañado de caprichosas esculturas formadas por nubes, entre las que, aquí o allá, se colaba el sol.
Justo al lado del dolor y la alegría, justo al lado de toda una vívida vida.
Justo al lado de ti, de esa caricia nunca olvidada. También de ti. Del afecto.
Justo al lado de las palabras y con todas las palabras.
Justo al lado de mi amor por ellas dos; tan dulces, tan mayores, tan lejanas y próximas, tan mías y tan suyas e independientes. Tan queridas.
Justo al lado del odio que no sentí y no percibí recibir.
Con la querencia a la justicia y a la facultad para rebelarse o rechazar.
Con los recuerdos buenos y con los malos.
Con los deseos cumplidos y con aquellos otros que se han convertido en sueños todavía perseguidos.
Con la belleza que me estremece, el verano o la libertad.
Es bien curioso lo que se puede llegar a almacenar, la cantidad de trastos inútiles, malas o nocivas actividades, pero también sensibilidades y caricias derramadas con holgura.
Todo está como en el rastro de los domingos, con elevados precios par que nadie se encapriche e intente tentarme.
Así está bien: arrumbado, pero no desechado, con el significado que la palabra tiene de hacer coincidir los objetos, para no perder el rumbo en el que se navega. Para no olvidar, para que nada pierda su contorno.

Imagen: "Brancas", de Elia Fuentes, Xalundes, Seixo.

29 comentarios:

Manel Aljama dijo...

El ejercicio de mirar atrás -que no quedarse anclado en el pasado-, es muy útil. Nos es como una inspección en lo hemos consumido de esta vida. Como dices, "lo visitas para que no se pierda".

Me gusta eso de "quebradas inutilidades, junto a algún pecadillo y caricaturas de bondad" Es mejor una caricatura (de bondad) que no una cruel sátira ¿no? Y los pecadillos... pues que nos quiten lo bailado, ¿no? Pues yo en ese desván procuro quedarme con lo mejor, las caricias, los abrazos sinceros porque sino las vilezas me lo llenarían y al precio que está el espacio... :) Pero tienes razón aunque nos esforcemos, siempre nos vendrá a la memoria aquel empujón en clase, aquel desengaño que siguen allí por mucho autoayuda que se haya practicad.

Y eso que se hace de tanto en tanto hay que hacerlo, como dices, "para nada pierda su contorno".

En una segunda lectura, diría también "pelillos a la mar" pues ¿no será que te es una reconcialiación con uno mimsmo? Me parece que también sirve, este y otros textos que has colgado con anterioridad. Me gusta leerlo y me gustaría cerrar los ojos y escucharlos como los lees.

besos

TORO SALVAJE dijo...

Segura que tu desván está lleno de tesoros.
Disfruta de ellos.
Son tuyos.

Besos.

Tatiana Aguilera dijo...

Lo que llamas tu desván o que yo bautizo como mi cofre confidente, es nuestra memoria. Tanto hemos guardado allí: alegrías, llantos, miradas, desvelos, sinsabores, fragancias, palabras, deseos, cuerpos y sus articulaciones, libertades, dependencias...No creo que esté todo arrumbado, creo más bien que muchos de ellos están a la espera de que los tomemos para volar, por ejemplo los sueños por cumplir, esos siempre están esperando que abramos el cerrojo.
Un beso.

La sonrisa de Hiperion dijo...

La memoria cada uno la guarda donde le apetece... Los cerrojos, siempre están abierto, sólo hace falta aprender a abrirlo...



Saludos y un abrazo.

Argos dijo...

Hola fonsilleda

Tu tens um "desván", eu tenho dias a recordar!
Todos temos o nosso cantinho secreto da memória.
Mas as palavras...palavras ou sentimentos?

Abraço grande

Chousa da Alcandra dijo...

Eu teño dous "rochos" cheiños de trapalladas. E se tivera catro...

(Por un momento a túa foto parecéuseme á do "ovo diferente")

Bicos sen perder o contorno

Unknown dijo...

Es una serena reflexión, como un lento atardecer. A veces creo, Ana, que en ese desván sigue todo en movimiento, y que nuestro presente depende de la capacidad que pueda tener ese pasado para hacernos seguir el mismo ritmo. Algo así como que nosotros somos su recuerdo del futuro.
Me hace bien estar en tu casa y "conversar" contigo :)
Bicos, compañeira!

Montserrat Llagostera Vilaró dijo...

HOLA GALLEGUIÑA.

A MI ME GUSTA ENTRAR EN TU DESVÁN.
RECIBE MUCHOS BIQUIÑOS, Montserrat

Fernando Gili dijo...

Al final todo es un círculo.
Siempre suyo
Un completo gilipollas

Froiliuba dijo...

Ese desvan que se desvanece y se pierde por desgracia al final. Mejor tener todo ordenadito dentro
por si las "flavuers"...

Días de poner desvan en orden, pero con la intención de volver a descolocarlo en breve

bss te quiero

matrioska_verde dijo...

de vez en cuando es muy sano subir al desván y destapar algún baúl, luego abrir alguna bolsa cerrada o sentarse en la mecedora destartalada y repasar nuestra vida de antes, los recuerdos que formaron las personas que somos ahora en el presente.

en casa de mis padres habìa un desván, donde estaban las patatas, la lavadora, donde planchábamos, una cama vieja, la cama primera de mis padres, un armario con espejo... tengo muchas vivencias en ese desván... me disfrazaba, cantaba y jugaba a imaginar mi futuro.

biquiños,

Unknown dijo...

Sabes paisana? Creo que todos tenemos nuestro desván, como eso, un rincón donde se va apolillando su contenido, sin embargo cuando le hacemos una visita y sacamos el polvo a lo primero que vemos, encontramos matices, brillos que en otras visitas no habíamos visto y creo que esa es una acción gratificante, aunque la humedad provocada nos nuble la visión.
De cualquier manera, nos dejas ver un desván muy interesante.

Bicos

ana. dijo...

Anita querida, me asomo a tu desván por la ventana de tus ojos y es verdad "nada a perdido su contorno", porque tu precioso corazón rebelde ha conservado intacta la belleza de las sensaciones, aún las que pudieron ser dolorosas, en tu desvan se vuelven buenas y alumbran tu mirada.

Bicossss, amiga!

Saiko dijo...

El dichoso pasado. En muchas ocasiones es él el que me trae por el camino de la amargura. Si bien soy muy nostálgica, también soy muy sufrida. Extraño todo lo bueno que me pasó en la vida, o incluso lo malo he llegado a echar de menos. Soy así, qué le vamos a hacer.

El pasado es un arma de doble filo, por lo menos, así lo veo yo. Me alegra que tú tengas una visión más positiva. La mía lo es, pero no tanto porque no he tenido la suerte de compartir tanto.

En cualquier caso, quiero que sepas que tu escrito me ha encantado y, de nuevo decirte, que me alegra que tengas ese punto de vista.

Pame Recetas dijo...

Pienso que tienes la sabiduría para distinguir aquello que debes atesorar para siempre y que te permite seguir mirando hacia adelante, sin arrepentimientos. un abrazo querida amiga

XoseAntón dijo...

Y yo que me había acercado para decirte que no me había olvidado, mi amiga fonsilleda, paisana... Me has conmovido, son entrañables y hermosas estas letras que con las que compartes el contorno de tu desván. No te olvides de regresar, porque aunque es una tentación; nosotros también te queremos.

Bikiños e unha aperta moi grande.

Marisa dijo...

A ese desván podrás ir cuando quieras porque tu sabes del
pasado y del presente y nunca perderás su contorno, navegarás
hacíendo coincidir cada cosa con su tiempo, porque tu sensibilidad
sabe de afecto.

Biquiños

auroraines dijo...

Emociona caminar esa playa solitaria y en el contacto con las piedras y arena evocar bellos momentos.
Seguir soñando,bajo la explosión de un arco iris.

Un bico

Anabel Cornago dijo...

¡Maravilloso desván tuyo de la memoria!... donde nos permites entrar y descubrir tantos tesoros.
:) :) :)

Manuel dijo...

Ay, Ana. Tú y tu pueblo. Tú y tu nostalgia llena de bellas palabras.

Excelente.

ALBINO dijo...

¿Te acuerdas de El Baul de los Recuerdos?
Pues yo creo que todos tenemos un desvan donde se guarda ese baul en el que, muchas veces ya te has olvidado de lo que metiste y cuando lo abres, de tarde en tarde, aparece alguna sorpresa agradable.
Yo lo abrí el otro dia y entre viejos periodicos me encontré portadas de partituras de tango para piano de los tiempos de Carlos Gardel que habia comprado en el rastro de Buenos Aires llamado San Telmo y lo curioso es que una estaba firmada por el mismísimo Carlitos, y yo sin darme cuenta.
Sigue buscando y que tengas suerte.
Besos, paisana

Anhermart dijo...

Delicadeza, sensibilidad, poesía, ternura, belleza...todo eso y mucho más es tu desván, por eso me encanta de vez en cuando-con tu permiso-quedarme en él y recrearme con todos los maravillosos objetos que encuentro. Una y otra vez me sorprendes con tu "rastro", está lleno de pequeñas perlas de todos los colores.
Besos

Merce dijo...

Me gusta cuando dices:

"Es bien curioso lo que se puede llegar a almacenar, la cantidad de trastos inútiles, malas o nocivas actividades, pero también sensibiidades y caricias deramadas con holgura"

Y es que creo que nunca seremos capaces de deshacernos de todo aquello que supone un "trasto inutil" ocupando un hermoso espacio de nuestra memoria, sin embargo, es curioso que cuando rebuscamos pueden aparecer algunos momentos hasta ese instante ocultos en lo mas profundo y que nos llenan de una agradable sensacion de bienestar "sensibilidades y caricias derramadas con holgura"...

Grandes tus palabras.

Unha aperta :)

RosaMaría dijo...

Es un maravilloso raconto de vida, una verdadera lección del "para adentro" Sentimientos y emociones para no descartar, si para atesorar como una lección total en nuestro breve pasar por ésta.
Te abraza: Rosa

Susi DelaTorre dijo...

Todos necesitamos el espacio propio, un desván dónde reposan los sentimientos más agudos, las calmas más perfectas, los recuerdos y los olvidos.

Para que nada pierda su contorno.


Un abrazo, de agosto!

XoseAntón dijo...

¿Todo bien, fonsilleda? Espero y deseo que sí. Acabo de leer un mensaje que me dejaste en una entrada que, no sé cómo, se me había colado (bueno, sí lo sé, soy muy despistado; pero eso no tiene disculpa).

Bikiños, paisana.

Manel Aljama dijo...

Hola
Pasaba por aquí a ver si había algo nuevo.
Esperaré
Muitos bicos

Manuel dijo...

Bueno, sé que no es usual hacer esto, pero como dice Manel, esperaré, Trasdeza.

Besitos mediterráneos.

Tatiana Aguilera dijo...

Al parecer ya somos tres los que esperamos amiga, ¿qué pasa las musas han estado esquivas?, o lo más posible es que estés de vacaciones, en ese caso respetamos tu descanso...
Un beso.