Tranquila, después de una ducha relajante, ya pasada la media noche con excesiva largueza, cual es quizá mi mala costumbre y cuando todo estaba ordenadamente en silencio, pues tan sólo pasaba un coche de vez en cuando y las voces se habían aquietado, las radios no sonaban, en las televisiones no había ya ninguna imagen, ni siquiera las de esos programas que enganchan con discusiones sin fin y vidas que no son las nuestras o publicidades de aparatos imposibles, decidí que era una hora bien decente para descansar.
El lecho, acogedor, me miraba invitándome, abrigado, con la blandura exacta (ni mucha ni poca) para reposar todos mis huesos, mis sentimientos o incluso mis palabras. Y le hice caso, me sumergí entre la ropa con olor a fresco, limpio, templado y calmo.
Tomé de la mesilla la novela de Coetzee y leí unas cuanta páginas, paseando casa, miradas y rutas de otros países e islas, siempre soñados y también amados por mí.
Abrazada a mi misma y al calorcillo artificial de mi calentador portátil, con los ojos cerrados y mis recuerdos y sueños debidamente preservados, pensaba en las actividades del día, en qué nuevas letras derramar en estas páginas, en la clase de la mañana siguiente y en qué comida podría preparar.
Comenzó entonces, como quien no desea tal cosa, a despertar la casa, a esas horas generalmente respetuosa y callada. Toda ella gruñía sordamente: el piso superior, mi balcón, las ventanas y puertas y el vacío de la rúa de "La Paz" que sentía agredida y violentada. Sordos y a veces estridentes ruidos, inusuales en paredes ya antiguas y sabias.
Mientras tomaba conciencia del vendaval desatado y me daba cuenta de que cualquier ruido era producto del aire en descontrolado movimiento, me iba desvelando.
Aumentaba la tormenta, llovía y volaba la calle desalojada de cualquier paso o habitante. Las casas y los sonidos acompañaban y daban cobijo y alas al temporal que campaba en completa libertad.
Terminé levantándome completamente despierta y alerta.
Fui cerrando una a una las puertas del hogar como para conjurar protección y, asomada, tras el resguardo de ventanas, paredes, cristales o persianas, miré la calle en guerra.
La deshabitada rúa de "La Paz", sufría, como un territorio invadido, el empuje osado del viento, con todas sus armas bien cargadas. Los árboles y las farolas, como soldados en guardia, aguantaban mancillados, empuje y fuerza. La plaza y la otra calle, ahora muy bien iluminadas, parecían empero un páramo desierto y mojado y no me traían sonidos.
Hubo un momento en que sentí miedo de los fantasmas nocturnos: farolas, bancos, árboles y tejados, parecían agresores y tuve deseos de no estar sola, de despertar a el resto de cuerpos que albergaban mi casa.
Pero pensé en los hombres y mujeres que posiblemente estarían sufriendo las embestidas marinas, me acordé preocupada de su seguridad y pensé sobre todo, ayer de madrugada, en Haití. En aquellas imágenes de Puerto Príncipe devastado, el horror o pavor que supongo habrán vivido los habitantes del país, en los grandes y resistentes edificios derruidos y especialmente en aquellas personas...
Es cierto que no dormí mucho, insomne por una guerra atmosférica pero, a cubierto tras aquellos muros, aun a pesar de gruñidos y gemidos del edificio violentado, con unas cortinas que parecían tener vida propia, me sentí protegida.
20 comentarios:
Es terrible, lo que ha pasado en Haití. Donde la desgracia se abate sobre los mas desposeídos, la virtud de la solidaridad puede ayudar.
Saludos
Seres que deambulan errantes con la mirada perdida, hartos sus ojos de ver muertos
y derramar lágrimas,
indefensos impotentes ante la catástrofe.
Solo nos queda pedir auxilio ante tanta desolación y dar gracias por sentirnos
protegidos.
Abrazos
Ha sido terrible lo ocurrido en Haití; también en mi caso he pasado muy mala noche, esas imágenes, la desolación, la impotencia...
Por eso creo que esta mañana he abrazado a mi hijo si cabe con más cariño y amor.
Tengo un día raro...
Hola Fonsilleda: Hoy aqui en Valencia, hace un viento huracanado, y a mi esta mañana como a la Maria Salamiento, de poco se me lleva el viento, pero comparado con el drma de Haiti, podemos considerarnos afortunadas.
Muitos Bicos. Montserrat
Imagino que cualquier preocupación que podamos tener desaparece al pensar en lo que ha ocurrido en Haití.
Besos.
Bueno yo cuando empezó a ulular el viento contra mis muros pensé... joder con el viento, menuda noche!!!
Me acurruqué en la cama y me quedé frita, a esas horas soy incapaz de pensar ya ti bien te vendría en vez de pensar hacer lo mismo, que pra pensar ya está el día.
¿Cuanto tiempo nos acordaremos de haiti? los dias o meses que dure como noticia ?? no hace realmente nada que estaban saliendo de un huracán y ya estan siendo de nuevo catigados los pobres, siempre los pobres.
PIDO DISCULPAS a los comentaristas anteriores porque, no sé si ahora se entiende, pero antes menos. Un problema con el htlo (que siempre me trae en jaque), hizo el desasigasado.
Gracias
Realmente tragico lo esa pobre gente.
Siempre las desgracias se deban en los más desfavorecidos.
Penoso, muy penoso.
Besos
un pavor difícilmente imaginable, un dolor que por desgracia no termina con la tierra ya removida, sino que continúa en el estruendo de unas secuelas de atroz desconsuelo
un beso
Que tristeza y cuanto dolor.
Al conocer la noticia y ver las imagenes me di cuenta que mis dolores, penas y tristezas son nada comparado con lo que han vivido, viven y viviran las personas de Haiti.
Hoy no hay bicos meigos, hoy pido solidaridad y ayuda para ellos.
O da noite pasada foi un furacán mesmo.
Pero nada comparado con Haití.
O mundo éche así.
Qué frágiles somos ante la fuerza de la naturaleza, y cuanto sufrimiento deja en su paso destruyendo y dejando dolor como en Haití.
Un bico
Lo de Haiti ha sido terrible, lo peor siempre le pasa a la gente mas humilde que no tiene medios para paliar la tragedia.
un placer pasar por tu casa.
Que tengas una feliz semana
un abrazo
RMC
Chiquilla que has hecho con el texto...
Saludos y un abrazo enorme.
El viento , la fuerza de la naturaleza que a veces cruelmente nos recuerda nuestra insignificancia y desprotección ante sus embestidas fieras...
Pienso como Froi cuanto tiempo se recordará?, cuantas ayudas llegarán?, por qué siempre sufren los más necesitados???
Si, certamente todos vimos mitigado o noso pavor ventoso, que ó final o único que fixo foi despeinar un pouco o noso lucido look, pola tremenda sacudida que desolou un país tan sumido xa na pobreza.
Un bico dende a Chousa
(Fixeches un texto moi logrado. As metáforas son redondas e o fío conductor moi axeitado; eso sí, o html segue xogando polo medio)
Quégratificante que en el buen recaudosiempre tengas presente a la gente que sufre una delas peores pesadillas hecha realidad por la naturaleza. Gracias A Dios es algo que aún no hemos predido como sociedad. Un abrazo.
O Farol está em festa. É o seu 1º Aniversário.
Teríamos muito gosto que lá passasses para confraternizar connosco e recolher o selinho.
Beijinhos
http://nuestramizade.blogspot.com
Trágico panorama el de los habitantes de Haití. Es muy triste. Y también es muy triste que la ayuda tarde tanto en llegar. Esperemos que la colaboración de todos le, solucione parte de los problemas.
En cuanto a que tienes dificultad para subir los textos, me pasó también. El problema es que al copiar y pegar, Word produce esa cantidad de signos. La solución es, escribir el texto en lugar de subirlo.
Un beso.
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