sábado, 10 de enero de 2009

SIN TERMINAR (Como dirían mis hijas: "Baralles")

Fotografía: Elia, Seixo, Xalundes: -"Samaín".-

Mucho tiempo atrás, cuando otros años adornaban mis cabellos, mis ojos e incluso mi piel, habitaba una existencia distinta, una vida más azarosa, de más esfuerzo, trabajo, sinsabores y menos contemplativa también. Una vida volcada en todo lo que no era yo misma y, aunque ya se cobijaban en mí algunas miradas, serenas y hacia fuera, no eran demasiadas, no había tiempo de sentir tan sólo, había que vivir sintiendo en una carrera real y posiblemente atropellada, casi sin puestos de avituallamiento, sin paradas ni postas.
Eran entonces los despertares siempre trabajosos, lentos y dolidos. Mi tensión arterial siempre fue joven, queda y poca. Tenía que arrastrarme a la ducha y era el chorro del agua, que para mí siempre fue vivificante, lo que conseguía, mínimamente eso si, ponerme en marcha.
¿Hacia dónde?, pues como todos, hacia un trabajo que era el mío y que me reportaba no pocas satisfacciones, pero también muchos afanes, sin sabores, enfados y cansancios. Y allí compartía también espacio y oxígeno con otros seres y otros yo múltiples.
Antes fui joven e inexperta, dulce y curiosa, pero en todos esos años, mis miradas fueron cambiando y haciéndose, incluso, más sabias y más viejas. Mis ojos fueron absorbiendo mis alrededores y los seres que había o por allí pululaban durante un tiempo.
Y me pasaron cosas, a medida que los meses y las hojas de los árboles que amaba iban cambiando, sin dejar de ser los mismos. Siempre sucediéndose uno tras otras y siempre repitiendo su persistente fluir. Machacones unos y otras, ajenos al cansancio que su paso podría aportar a las vidas que llenaban, ocupados simplemente en aportar años y calma, savia, esperanza y belleza.
Aquella vida iniciada en otro lugar y con otros rostros, se fue perfeccionando y colmando de nuevos seres que pasaron a formar parte de mí, completando y componiendo todo lo que hoy soy, que no deja de ser un producto y suma, hasta de las pequeñas cosas que, como las hojas de esos árboles, todavía no han dejado de renovarse, ampliando mis miradas, integrando mis sueños, aumentando, en fin, mi bagaje.
Quiero reconocerlo porque deseo agradecer lo que, aún sin proponerse me han ido dando, incluso aquello que fuere desafortunado, ya que, este producto inacabado que soy, también es su fruto, su éxito o fracaso.
Me he dado cuenta hoy de que siempre estoy en constante formación, que no cesa, de que cada palabra que alguien nuevo me dedica, cada gesto que me hacen, cada nuevo conocimiento o reconocimiento, impide que este ciclo, que es el mío, remate y se cierre.
Por tanto, mientras alguno me de una mano, me dirija una palabra, me dañe, me muestre una sonrisa, me cuente algo, me hiera, me deje leer cualquier texto, locura o no, me permita conocer, me enseñe, me crispe hasta enfadarme, creo que esta vida, que es mía, seguirá inacabada, expectante, siempre curiosa y viva.

13 comentarios:

Melba Reyes A. dijo...

Siempre hay cosas nuevas para aprender y aprehender, para saborear, oir, escuchar, oler...Hasta el último suspiro.

Slaud♥s

Felisa Moreno dijo...

Qué nunca termines, que siempre descubras algo nuevo, que te sorprenda, que te estimule, que te renueve...
Un abrazo

Internautilus dijo...

Preciosa introspección... Cierto que es una obra inacabada, pero es que no puede ser de otra manera. Tu vida, la mía, la de todos es algo en permanente evolución que solo acaba con la muerte, pero... incluso ese fin personal es parte de la evolución del entorno en el que se produce. Así que... de alguna manera nos acercamos a la teoria que mantiene la transformación de la energía como el motor de la vida y el universo.

Anónimo dijo...

Nuestra vida es nuestra propia obra, por tanto es fácil que para muchos se nos quede inacabada, esperemos que no sea así, por el bien de todos.

Tu forma de contar la existencia tiene grandes vestigios literarios, ese oído para narrar que sólo tiene una explicación: has leído mucho.

Bueno no me quiero extender mucho que otros blogs esperan y me da apuro no poder llegar a todos.

Pirmero, sobre tu blog: Creo que es mejor que habilites para los comentarios una ventana emergente, así mientras se escribe el comentario se puede consultar a la vez el texto y así también me evito de coger un lapiz y papel para anotar dos cositas que te quiero comentar.

Una: "No había tanto tiempo de tan sólo sentir"

Aquí falla ese "tan" seguido dos veces, el lector se traba, mejor sería cambiarlo.

Dos: ...Y componiendo todo lo que hoy soy, que no deja de ser un producto y suma...


Aquí has cometido un pequeño error matemático. Si bien el orden de los factores no altera el producto, en este caso sí cuando hablamos de sumas y restas, entonces lo correcto sería: "suma y producto"

Quedaría así: ...Y componiendo lo que hoy soy, que no deja de ser suma y producto...

Lo dejo aquí

Felicidades por el texto.

Un besito.

Unknown dijo...

Sabia y savia hay en este texto,reconocer que todo aún nos sigue cambiando es de sabios. No creas que tantos hay que lo reconozcan y lo hagan, la vida nos aporta cosas bellas y también no tan bellas pero algunos son inamovibles como rocas. Los aprendices que somos lo seremos toda la vida, incluso al final de ella...Quería más, y con gusto me lo has dado y aún sigo queriendo más...Es un gustazo leerte siempre.

Caminante dijo...

Es que es así, la vida fluye, nos cambia, en cuestión de segundos lo que teníamos como seguro se tambalea y cae, y tenemos que transformarnos para seguir intentando seguir adelante, no nos queda otra.

Infiernodeldante dijo...

La vida es eso, corazón. Un aprendizaje perpetuo. De lo bueno y de lo malo, de los cuales, innegablemente se crece. Reflexivo e interesante relato. Siempre es un placer leerte, y desde luego, tambien aprendo en ello. Te dejo un beso.

Gudea dijo...

Que decir de tu texto, salvo maravillas, por lo que expresas y por como lo expresas. La facilidad con la que surgen las palabras de tu pluma se palpa a la hora de leer tu texto de corrido.
Somos de dura roca que el viento modela con su soplo día a día dando forma a nuestro ser, distinto cada día, porque cada día aprendemos algo nuevo que nos muta.
Te envío un beso con ese viento.

Anabel Cornago dijo...

Aprendiendo hacemos vida, que creo es lo mismo que seguir adelante acumulando experiencias.
Me ha gustado mucho.

Anónimo dijo...

Siempre me he comparado con una gran piedra o roca que, con el paso de los años, de las experiencias, de los conocimientos y relaciones; va adquiriendo la forma que más se parece a la que finalemente nos llevaremos de aquí. Esos cinceles de alma están llenos de alegrías y tristezas pero son, en definitiva, los que nos dan vida.
Me ha encantado tu "baralle" de hoy. Precioso. Mil bicos desde esta roca en formación.

Manuel dijo...

Genial forma de exponer una vida. Excelente forma de decirle a la vida que también se equivoca. Fenomenal forma de vivirla. Desesperante la forma en que quieres que no se acabe. Magistral forma de pedir aliento para que se mantenga siempre curiosa y viva.
¡Uf!. qué mujer.
Bicos.

RosaMaría dijo...

Qué hermosa forma de describir sensaciones y experiencias. Precioso lo tuyo, verdadero y sentido. Te quiere: Rosi

Anónimo dijo...
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