jueves, 3 de enero de 2008

LA BOQUERÍA

Alguien me había dicho que cuando viajara a Barcelona no dejara de visitar, si me era posible y tenía tiempo, el mercado de la Boquería, situado en esa Maravillosa Rambla (o Ramblas, porque es conocida también con el nombre que popularmente se le da a los diversos tramos: Canaletes, dels Estudist, de les Flors, dels Caputxins, Santa Mónica y de Mar).
Bien, hice caso a Rocío, como procuro hacer casi siempre que me recomienda algo, y la visitamos en un viaje, en un inicio de otoño. Todavía recuerdo la impresión que me produjo a mí y también a Juan, buen amante del comer. Aquel mercado, grande, espacioso, repleto, sus abigarrados puestos colocados tan artísticamente que pareciera que de esculturas se trataba, los colores y olores, produjeron un impacto tan grande en nosotros que difícilmente, si volvemos a Barcelona, dejemos de visitarla. Aquel era momento de setas y nunca, ninguno de nosotros dos, habíamos visto tal cantidad y variedad de especies.
Este recuerdo ha vuelto con fuerza, cuando estos últimos días, buscando no sé qué información en Google, me tropecé con la fotograría que ilustra estas letras.
No he podido dejarla en el tintero. Enseguida pensé, tengo que ponerla de alguna manera en mi casiña particular, para adornar, para prestarle color, para llenarla con un exquisito contenido de aromas suspendidos en los recuerdos, en la nariz y en el corazón.

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