jueves, 15 de noviembre de 2007

¿SE VENDE DINERO?, ¿SE ABUSA?

El cambista y su mujer. Marinus van Reymerswaele -

Esta mañana hemos recibido una llamada de nuestro Banco (con mayúsculas simplemente para no confundir con los que sirven para reposar, descansar) pero para mí. No para Juan o para ambos, que sería lo normal ya que todas las cuentas las tenemos en común. Para mí. La llamada era para notificarme que era una de las ¿mujeres? (seguro) seleccionadas para la concesión de un pre-crédito y que, por favor, pasara por sus oficinas para explicarme condiciones, y cualquier duda que pudiera tener, aparte, claro está, de para proceder a solicitar el dinero si se diera el caso.
Ante mis preguntas, el amable y educado muchacho con el que hablaba, me aclaró en debida forma que, estudiado mi perfil, era una de las personas a las que el Banco consideraba adecuadas para tal fin que yo entiendo que no es otro que la venta de dinero..., por más dinero, claro está.
De entrada pensé ¿por qué yo y no los dos?. La única conclusión a la que pude llegar es que doy el tipo porque soy mujer, jubilada, con una pensión más que discreta, con tiempo libre (que ya es mucho suponer) y con suficientes "pajaritos en la cabeza" para pedir y gastar dinero en cualquier cosa que se te ocurra en el momento en que te lo ofrecen, o que siempre estaría dispuesta a cubrir cualquier capricho, o necesidad relativa a saber: comprar una nueva alfombra porque ésta ya no va con el recientemente adquirido (con otro pre-crédito) sofá; cambiar la tapidería de las butacas ya que ésta ya no se lleva; aquella colcha nueva me quedaría estupendamente; ese nuevo robot de cocina, tan caro, que además no necesita limpieza... Y claro, mi pensión no está para muchos despilfarros, pero será suficiente, desde luego, para cubrir el crédito. Seguro que el perfil de los hombres es menos superficial y más duro.
Vergonzoso. Me parece vergonzoso. Porque ¿el banco no hace negocio?. Su planteamiento ha sido, en todo momento que era una persona beneficiada con una oferta espléndida, osea "es por mí". Y es una oferta espléndida porque, claro, el préstamo sería rápido, sin esperar plazos ni revisiones. Es una lástima que no haya sido capaz de que me hablaran de los intereses y demás condiciones, pero "comprenderá Vd. que por teléfono no es adecuado".
Y la otra conclusión es que ahora ya se vende también dinero y se vende más caro porque "nadie da un duro por cuatro pesetas". Además, tengo la sensación de que abusando un poco de determinadas debilidades de algunas personas (que quizá merecerían comentario aparte).


2 comentarios:

Cachito dijo...

Vergonzoso.
¿Y no te llaman para ofrecerte seguros completísimos? Yo ya descubrí cómo quitármelos de encima: estoy jubilada por invalidez. Así que no soy fácil de asegurar.

fonsilleda dijo...

Ja ja ja ja. Sí llaman, pero generalmente esas llamadas las lidia Juan.