domingo, 9 de diciembre de 2007

CHAPAPOTE

Ayer leía en el periódico que el pueblo de Muxía había organizado una fiesta homenaje a todos los muchísimos voluntarios que participaron en la limpieza del fuel en su costa: A Costa da Morte. Leyendo el artículo, de nuevo las lágrimas corrieron por mis mejillas, como cada vez que por uno u oro motivo, acuden a mi mente imágenes y sentimientos de aquellos días. Otra vez me he sentido impotente ante la desgracia y el dolor sin sentido (si algún sentido tienen una y otro en algún momento).
Siempre he sentido remordimientos porque, al no poder participar yo misma en las tareas o trabajos, entendía que tenía que dar las gracias públicamente a tantas gentes, de tantísimos lugares, que se acercaron, solidariamente, sin esperar nada, porque sí, a ayudar. Trístemente nunca lo he hecho, aunque mentalmente sí, miles de veces.
Recordar aquellos días de enorme tristeza, significa también emocionarme por y con ellos ya que es muy difícil, en este tiempo que vivimos de profunda individualización y enorme egoismo, entender lo que sucedió en aquel momento en Galicia, durante muchos días y en toda la costa afectada.
No puedo, ni quiero pedir a Elia o buscar en internet fotografías de todo aquello para ilustrar estas letras. No puedo ni quiero porque la rara belleza que desprenden, parece que aleja, aparta, el verdadero significado de lo ocurrido.
La realidad fue triste, enormemente triste y fea: terrible y horrible. Así quiero dejarlo plasmado.
Pero lo que no puedo pasar por alto ahora es la belleza de todos aquellos jóvenes y no tanto, mujeres y hombres que se llegaron hasta una tierra muy lastimada, con sus manos, sus cuerpos, cerebros, sentimientos y sus enormes "tiritas", esfuerzo y cansancio, para paliar el grito que salía del mar, de la tierra y de unas gentes que no podían sin ayuda.
Nunca es tarde para agradecer. Nunca es tarde para demostrar admiración. Nunca es tarde para derramar una lágrima más de gratitud. Nunca es tarde para gritar: GRAZAS.

3 comentarios:

Cachito dijo...

Yo también me sumo: GRACIAS.

Cachito dijo...

Y, a todo lo que dices, se une la visión, ayer, de la misma tragedia, esta vez en Corea. Dijimos nunca mais, pero la historia se repite.

fonsilleda dijo...

Querría haber titulado: "chapapote: nunca mais", pero no lo he hecho precisamente por mi escepticismo y porque, ya ves, sigue sucediendo.